Las decisiones en materia de compras, así como la selección de suministradores y el control de suministros, son procesos clave que tienen un impacto relevante en el negocio. De hecho, el 80% de las transacciones comerciales involucran, de un modo u otro, a actividades de evaluación y control sobre suministros o suministradores. Por ello, para cualquier empresa es vital contar con suministradores fiables así como tener la seguridad de que los suministros que recibe cumplen las especificaciones y requisitos que la propia empresa o la reglamentación haya establecido. Todo ello cobra una relevancia especial al permitir a las empresas reforzar su credibilidad en el mercado, reducir costes o evitar daños a terceros.
Pero para ello, la empresa deberá evaluar y controlar de una u otra forma al proveedor o al suministro, ya sea con sus propios medios o mediante el uso de empresas externas de evaluación y control, y que principalmente son laboratorios, entidades de certificación y entidades de inspección.
Sin embargo, a la hora de contratar estos servicios, las empresas deben ser conscientes de que pese a que una organización se presente al mercado como evaluador, laboratorio, entidad de inspección o entidad de certificación, ello no implica que en su estructura y actuación siga pautas internacionalmente admitidas ni que disponga de la independencia, los medios y el personal con la competencia necesaria para ofrecer el servicio de evaluación riguroso que el mercado requiere.
Cada vez más compañías contratan servicios para la realización de ensayos, calibración de equipos o para la inspección de sus prototipos, entre otras cosas. O eso, o bien acreditan sus propios servicios de evaluación con el objetivo de ofrecer la confianza necesaria a sus clientes y al mercado en general de que sus análisis y ensayos han sido realizados por un evaluador fiable.
Y es que contar con los servicios acreditados supone una garantía en cada paso de la cadena de suministro por diferentes razones. En primer lugar, aportará a la empresa más fiabilidad en la toma de decisiones de compra, ya que la evaluación acreditada ofrece una mayor seguridad respecto a los resultados de las inspecciones, auditorías o evaluaciones que se hacen sobre las características críticas de materias primas, productos y servicios que conforman la cadena de suministro.
Por otra parte, la acreditación es una herramienta para reconocer los mejores proveedores, lo que se traduce en eficiencia operativa para las empresas. Evidentemente, si los departamentos de compras de las empresas tuvieran que investigar a todos y cada uno de los proveedores, productos y servicios, requisito a requisito, la operativa sería inviable.
Por último, las cadenas de suministros operan en ámbitos cada vez más globales, lo que supone un reto y un riesgo, ya que un uso inadecuado de la evaluación de la conformidad justifica el 10% de los problemas comerciales específicos, según un informe de la división de investigación y estadística de la Organización Mundial del Comercio.
03-09-2019 / GS1 Perú